Los viajes de ahora (Liliana Campazzo)

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Vive en una casa pequeña
de madera
tiene un gato
su perro murió
hace pocos meses
pero todavía
lo escucha
en la tarde.
Tiene pocas cosas
importantes
junta juegos de té
en miniatura.
Durante este tiempo
de la peste
ha recurrido con frecuencia
a conversaciones
ridículas con ella misma.
Ha dejado partes diarios
listas de compras
olvidados en el fondo
de su bolsa de salir.
Mira por medio de un satélite
lo que hacen
comen
beben
los otros.
Espía sin disimulo
todo lo que aparece en las pantallas.
No se anima
a hablar
de la pena.
Ni del frío en la espalda
allí donde le falta
una mano
que acaricie.
Esta mujer sabe
que nadie le besará
los párpados
en la hora justa.
Por eso tira imágenes
palabritas
sobre la luz de esta
máquina.
Nada de todo
queda
ya.


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Clepsidra
calima
cartapacio
calderilla
cantiga
archivolta
entrepaño
mitra
celada
ciclamen
diletante
macarela
y la lista puede seguir
indefinida
para siempre
como esta peste.
Palabras que le gustan
pero sabe que no podrá usar nunca
en su poema.
¿Qué diría el mar de su niebla?
¿Cómo nombraría el avaro
esas moneditas sueltas?
La de la casa se empeña
en buscarle lugar
a ponerlas en un verso
a decirlas cuando va a comprar
su pan.
Pero se tornan ruido
en los que escuchan.
No las conocen o no las precisan
y se quedarán de boca abierta
cuando ella las diga.
No sabe cuándo
pero está segura
que en la mesa
mientras bebe té
las escribirá en papelitos diminutos
con su lapicera de tinta
para guardarlas
como talismanes
amuletos
para lo que viene.
...

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Diminutas 
apenas 
gotas 
hojitas
nada más
las palabras
mías
ya no sirven
para nada
por eso leo
o tomo té
o hago ruidos
con los dientes
o acomodo estantes
en bibliotecas
ajenas.

de Los viajes de ahora, La Ballesta Magnífica 2021.

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