30 Vive en una casa pequeña de madera tiene un gato su perro murió hace pocos meses pero todavía lo escucha en la tarde. Tiene pocas cosas importantes junta juegos de té en miniatura. Durante este tiempo de la peste ha recurrido con frecuencia a conversaciones ridículas con ella misma. Ha dejado partes diarios listas de compras olvidados en el fondo de su bolsa de salir. Mira por medio de un satélite lo que hacen comen beben los otros. Espía sin disimulo todo lo que aparece en las pantallas. No se anima a hablar de la pena. Ni del frío en la espalda allí donde le falta una mano que acaricie. Esta mujer sabe que nadie le besará los párpados en la hora justa. Por eso tira imágenes palabritas sobre la luz de esta máquina. Nada de todo queda ya. 40 Clepsidra calima cartapacio calderilla cantiga archivolta entrepaño mitra celada ciclamen diletante macarela y la lista puede seguir indefinida para siempre como esta peste. Palabras que le gustan pero sabe que no podrá usar nunca en su poema. ¿Qué diría el mar de su niebla? ¿Cómo nombraría el avaro esas moneditas sueltas? La de la casa se empeña en buscarle lugar a ponerlas en un verso a decirlas cuando va a comprar su pan. Pero se tornan ruido en los que escuchan. No las conocen o no las precisan y se quedarán de boca abierta cuando ella las diga. No sabe cuándo pero está segura que en la mesa mientras bebe té las escribirá en papelitos diminutos con su lapicera de tinta para guardarlas como talismanes amuletos para lo que viene. ... 41 Diminutas apenas gotas hojitas nada más las palabras mías ya no sirven para nada por eso leo o tomo té o hago ruidos con los dientes o acomodo estantes en bibliotecas ajenas. de Los viajes de ahora, La Ballesta Magnífica 2021.