Si la casa es limpia y pura…(May Sarton)

Si la casa es limpia y pura,
ferozmente incorruptible,
Dios está siempre en la puerta,
del Padre y del Hijo Pródigo.

El nunca debería ser consciente
del orden de cada plato,
aunque estén resplandecientes
y el suelo inmaculado.

Si a veces las cosas se rebelan,
el agua es voluble, la pared se humedece,
la copa se astilla o el perno chirría
(amor ¿dónde está tu Hijo Pródigo?).

La casa aún espera y se alegra;
cada taza de té es bienvenida,
cada copa aspira a Dios
incluso si él nunca viene.

Y si El existe en todo,
en el Padre y en el Hijo Pródigo,
a El se le espera por estas cosas
¡y que cada plato cante hosanna!


en Anhelo de raíces, Gallo nero, 2020.
traducción Mercedes Fernández Cuesta


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