La invitación (Leyenda china contada por Mónica Melo)



Hace muchos años, en un pueblo chino llamado Tongling vivía un dragón terrible.
Nadie jamás lo había visto, pero los ancianos amenazaban a los niños diciendo:
– Si no haces caso a tus mayores, el dragón vendrá a buscarte! Tiene el cuerpo con escamas filosas de serpiente y ojos de langosta, la barba de un hombre de mil años, la fuerza devoradora de los tigres y las garras hirientes de las águilas.
Los niños del pueblo estaban muy asustados. El pequeño Wang Li, sin embargo, no quería creer en semejante monstruo emparchado con hilos de maldad. Así que cuando lo amenazaban con su presencia decía:
– Yo no tengo miedo a dragones que viven en cuevas. ¡Y si me encuentro con uno cara a cara sonreiré y seré valiente.
Wang Li iba a cumplir diez años. Para tan importante ocasión, sus padres iban a prepararle una gran fiesta.
-Cuando envíen las invitaciones, me gustaría avisarle a alguien muy especial.
-¿A quién?- preguntó su mamá mientras hervía hojas de bambú y separaba los mejores granos de arroz para el mi fan de la fiesta.
-Quiero que venga el dragón- dijo Wang Li.
-¡Pero eso es imposible, nadie lo ha visto nunca! Dicen que está lleno de escamas venenosas, de ojos inmensos tatuados en los párpados, con una barba de espinas que atraviesa a quien se acerca, que tiene la fuerza de mil leones y una furia que ningún anciano de Tongling se atreve siquiera a mencionar.
Wang Li , callado, se inclinó. Una arruga sobre su frente marcaba seriedad y respeto, pero el corazón del niño estaba en paz. Sabía dentro de sí qué era lo que quería hacer.
Al día siguiente, su madre le preparó tortillas de té y lo mandó a jugar. Wang Li se puso muy feliz, la comida era riquísima y le daría mucha energía para llevar a a cabo su misión.
Su apetito le dibujaba una inmensa sonrisa.Cantando y saboreando las tortillas de antemano, se fue hacia las montañas.
¿Qué aspecto tendría el dragón?
-¡Debe de haber una cueva por algún lado!- pensó Wang Li.
Un poco más arriba encontró una fruta colosal. Sin respirar, con el pecho estallado de latidos, Wang Li se acercó.
Del corazón de la montaña salía un viento cálido y rugoso que rozó sus pies.
Wang Li puso las tortillas en el suelo, se acercó a ese silencio negro y dijo:
-¿Ni hao ma? ¿You me you ren? ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Le respondió un rugido. Luego otro, más cercano y más largo. El dragón estaba allí. Tenía el cuerpo largo, cubierto de escamas, los ojos grandes, una larga barba y parecía ser capaz de defenderse como un tigre o como un águila.
Wang Li estaba asustado pero se dijo a sí mismo:¡No tengo miedo! Mis padres me pusieron Wang Li para que aliente a los demás y viva los peligros con entusiasmo.
El dragón descendió la mirada hacia Wang Li con curiosidad.
-¿Ni shi shei? ¿Ni xu yao shenme ma? ¿Quién eres? ¿Qué quieres?
-Quiero saber tu nombre y quiero que vengas a mi fiesta de cumpleaños- contestó Wang Li.
El dragón no podía creer lo que estaba oyendo.
Wang Li notó que las escamas del dragón estaban polvorientas, las garras rotas y sucias, y cuando abría la boca salía de ella un aroma rojo y dulce.
-¿Por qué lloras?
-En todos los años que he vivido en esta cueva nadie se ha acercado a mí de manera respetuosa y amable.
Por supuesto que iré a tu fiesta de cumpleaños. Mi nombre es Luo.
¡Súbete, te llevaré a casa!
Wang Li se trepó a la poderosa espalda, miró hacia abajo y vio que las lágrimas del dragón formaban un río.
Entre montañas amarillas y nubes lentas iban Li y su nuevo amigo, Luo.
-¡Llegó el monstruo! ¡Sálvese quien pueda!
-¡Busquen refugio!¡Protejan a sus hijos!
-¡Que las madres escondan a sus bebés en pétalos de loto!


Por encima de las nubes se veía la cabeza de dragón, acercándose.
Pero uno a uno, notaron que Wang Li sonreía y que el dragón era en realidad un barco de vapor.


¡Wang Li era el capitán!
Llegaron ancianos, jóvenes y niños desde los lugares más remotos de Anhui, Xian y Hangshou hasta las montañas de Tongling.Cada familia llevó alimentos para compartir y celebrar el décimo cumpleaños de Wang Li.
En el festival de barcas dragón de aquel año, Wang Li fue distinguido por tener el barco más grande y en toda China se habló de un niño que no tuvo miedo y de un dragón convertido en barco con garras de mazapán, escamas de miel, ojos de nube, leyenda de tinta y agua, plenísimo sol abierto al mediodía.

Tortillas de té verde
Ingredientes
2 huevos
10 gr. hojas de té verde secas
20 gr. cerdo
1 cebolla
aceite
sal
aceite de sésamo

Preparación

Hervir las hojas de té y escurrirlas.
Cortar la carne y la cebolla.
Batir los huevos en un bol y añadir las hojas de té y la sal.
Saltear la carne en una sartén.
Añadir más aceite a la sartén y vertir el contenido del bol.
Al final de la cocción, añadir la cebolla y rociar con aceite de sésamo.

Mónica Melo es Lic en letras y editora. Vivió en China como docente de español para extranjeros. Es poeta.

en «La invitación», Macma ediciones, 2010.

ilustrado por Katana.

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