20 (Liliana Lukin)

¿Qué se me ha perdido aquí,
qué vengo a buscar, qué
tengo yo que hacer aquí,
otra vez aquí, aquí
donde cubierta por lo removido
se ve la huella del desgarro,
esos pedazos de árbol que estrangulan
la imagen de su propia fronda?

La honda descomposición de
lo que miro anuda en mí,
que pongo migas de pan para
los pájaros y endulzo el agua
que bebe el colibrí,
como si repitiera una canción, como
si devolviera a la casa que me hospeda
la felicidad de estar perdida en lo que escribo.

Por cada acto dos poemas futuros:

alcanzar una taza de té, prender
un fuego que no sea el de la escena,
servir un plato y colgar visillos
en algún cristal, para que velen,
para que esfumen las raíces a la vista,
tal es la ofrenda
por la palabra que consigo cavar.

Cada felicidad me lleva
a interrumpirla, oh goce:
y como los frutos silvestres que mejoran
sufriendo con la helada, el desconsuelo
de estar aquí se me convierte
en el placer de estar a punto, ya madura
en lo perdido, y de saber, tener habido
eso que en mí vine a encontrar.

Liliana Lukin en Teatro de operaciones, En Danza, 2007.

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