Diario de Virginia Woolf


1918

Martes, 12 de marzo

Esta página debería estar enteramente dedicada al elogio del buen tiempo. Un curioso efecto de la primavera en las afueras de la ciudad es que por las tardes hay muchos hombres & mujeres que cantan. Nos sentamos con las ventanas abiertas & una señora gorjea unas notas en aparente éxtasis. Aunque se le puede perdonar teniendo en cuenta que… Bueno, aquí van algunos hechos: en Kew, decidí sentarme en un banco a la sombra; vi dos mariposas níspola, y sauces, crocus y escilas: todos con brotes & en flor. La ropa negra parece un paño mortuorio polvoriento; en cuanto a las pieles, causan risa. Nos encontramos en Kew. 

Puedo decir que me han «despedido de The Times». Para que la herida sea aún más amarga, L. tiene dos libros de The nation. Han pasado dos semanas desde mi despido & como resultado estoy escribiendo mi novela a una velocidad asombrosa. Si continúo despedida, la terminaré dentro de uno o dos meses. Es un trabajo muy absorbente. L. y yo nos damos cuenta de que últimamente hemos escrito a una velocidad asombrosa: L. 40.000 palabras & aún no ha tocado el libro en sí; yo he sobrepasado de largo las 10.000. (…)

Jueves, 18 de abril

Hay un grave defecto en el plan de trabajo de este diario que establece que debo escribirlo después del té. Cuando la gente viene a tomar el té, no puedo decirles: «Ahora, esperen un minuto mientras escribo unas observaciones sobre ustedes». Luego, se van & es demasiado tarde para escribir. Y así, en el preciso momento en el que destilo pensamientos y descripciones para esta página, tengo la desconcertante sensación de que la página desaparece; los pensamientos yacen desparramados por el suelo y, desde luego, es difícil volver a recogerlos. (…)

trad. Olivia de Miguel

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