Vuelve hacia el este un bracito frío - el que tiene hojas nuevas- pero el tronco, que enfrenta al sol poniente está tibio al contacto de la mano tibio y liso -asombrosamente liso- como de porcelana, no de madera.
(Claro que porcelana que tuviera adentro, un té caliente, que la mano disfruta, hasta que enfríe)
El color...imposible de definir: un tono entre gris y rosado, en fondo verde. No, no lo ves, tampoco lo imaginas.
Su ser es de memoria. Inalcanzable por otros pensamientos. Ni una idea lo toca...¿Qué diríamos de aquel roce y aquel calor del tronco?
Sólo la piel, la palma de la mano de algún modo lo guarda, por lo menos.
en "De lo visible" (1998)
Circe Maia (Montevideo, Uruguay 1932)
de Maia, Circe. Obra poética. Montevideo : Rebeca Linke : Biblioteca Nacional, 2007.