Ningún lugar a dónde ir (Jonas Mekas)

26 de noviembre, 1948

He conseguido un préstamos de 100 marcos en la oficina del campo. Pedí prestados 50 marcos más a la señora Poskus. Estamos decididos a publicar Idilios. Leo concluyó las ilustraciones.

Una rodaja de pan con algo de chucrut encima cubierta con otra rodaja fina de pan, tremendo alimento. Lo bajamos con té. Es muy bueno.

Recomendado para todos los poetas desempleados. Otra receta: un poco de pan con una rodaja de cebolla encima espolvoreada con sal.

Estoy avergonzado de la cantidad de espacio que le dedico en mi diario a lo que comemos. Sé que muchos lectores me abandonarán por esto. Pero es la realidad de nuestra vida cotidiana en estos días. Uno trata de aferrarse al espíritu pero gana el estómago. La irregularidad y la miseria de la comida que obtenemos nos mantiene conscientes todo el tiempo de nuestros estómagos.

Ahora mismo mientras escribo esto un alemán delgado, completamente seco, está mendigando pan en nuestra puerta.

en Ningún lugar a dónde ir, Caja negra, 2017.

Deja un comentario